/Se abre el telón. Vemos un balcón no muy alto, que da al escenario. Debajo del balcón está la entrada al edificio. Luz al balcón y a la entrada. Una chica está debajo del balcón/
-¡Martín! ¡Abrí!
/Silencio/
-¡Martín! ¡Abrí-lapuer-ta!
/Silencio/
-¡Pero la puta madre, ya sé que estás ahí!, ¡¿Me podés abrir?!
-Martín no está.
-¡Daleee!
-Martín se fué. No se cuando vuelve. Rajá.
-Te estoy viendo pedazo de boludón.
-Flasheás.
-¡Un carajo! ¡Bajáme a abrir Martín!
/Martín se asoma apenas por el balcón/
-¡Ah Nati!, ¿Cómo andas? ¿Qué andás haciendo? Qué sorpresa verte por acá...
/Nati, irónica/
-¡Yo muy bieeen!, ¿Vos como andás? ¿Qué hacías escondido? Yo justo pasaba por acá y me dije "Vamos a ver al tarado de Martín".
-Me encontraste de casualidad, recién llego.
-¿Qué suerte la mía no?
-Sí... siempre rompiendo las pelotas en el peor momento.
/Nati, sorprendida/
-Ah... ¿Estás con alguien?
-No, pero estaba en paz.
-Martín... abrime dale...
-Nop.
-¿Por qué no?
-Porque no puedo.
-¿Por qué no podés?
-Porque estoy en bolas. No da.
-¡Y vestite!
-Perdí la ropa. Toda. Ni idea donde la dejé. Re mal.
-¡Bajá en bolas entonces! Como si nunca te hubiera visto desnudo.
-Es que ahora me da vergüenza.
-¡Ah, mirá! ¿Y desde cuándo te da vergüenza?
-Desde vos-ya-sabés-qué.
-¡Qué tendría que decir yo entonces! Desde vos-ya-sabés-qué que estoy esperando que me abras la puerta.
-Ya sé.
-¿Y no me vas a abrir?
-No.
-Martín: No me voy a ir de acá hasta que no me abras la puerta.
-Nati... rajá. No-tevoy-a abrir.
-Y yo no-mevoy-a ir.
-¡Sos jodida eh! ¿Para qué carajo querés que te abra?
-Quiero pasar.
-¡Pero vos no podés pasar!
-¡¿Porqué?!
-Porque vos-ya-sabés-porqué.
-Ok ok, no me abrás. Yo me siento acá, en el escaloncito. Algún día vas a bajar.
-No. A la noche floto. Levito. Posta eh, yo que vos me voy.
-Te bajo a piedrazos entonces.
-¿Querés subir?
-Sí mierda, abrime. Dale Martín... bajá. Porfas.
-Ok. Dame la llave.
-¿No la tenías vos?
-Yo no.
-¿Cómo no tenés la llave? ¿No es la llave de la puerta de tu casa?
-Ajá. Y no sé dónde carajo está. No-tengo-lallave. No-tepuedo-abrir.
-¡Sos boludo eh! ¿No ves que sin la llave vos tampoco vas a poder salir?
-Ya lo sé.
-¿Y no te jode?
-Yo pensé que la llave la tenías vos...
-Yo no tengo la llave Martín, si no ya hubiera entrado. Vos me tenés que abrir...
-¡Pero yo tampoco la tengo Nati! Estamos cagados.
-¿... Y entonces como hacemos?
-No sé.
-¿No sé?
-No, no sé.
/Nati se sienta en el escalón. Martín se sienta en el balcón. Pasan algunos minutos/
-¡Ey!
-Que pasa.
-¿Y no tenés una soga?
-¿Para?
-Para saltar.
-Nati, ¿Estás drogada?
-¡No tonto, para subir, para qué va a ser!
-¡Ah!
/Silencio/
-¿Y?
-¿Qué?
-¿Tenés alguna soga?
-A ver... mmm...
/Martín entra a buscar la soga. Luego, sale/
-No che, nada.
-¿Te fijaste bien?
-Sí.
-Ah...
-¿Y si saltás?
-¿Si salto?
-Y sí. Capaz llegás.
-Estás re alto boludo, no llego ni en pedo.
-Y, pero si saltás bien alto...
-No voy a llegar Martín...
-O sea, así, bien bien alto...
-Pero vos te vas a tener que agachar también. Capaz si te estirás...
-Mmm.. no sé, me voy a ir de boca.
-Pero agarrate bien de la baranda.
-Me da vértigo boluda... me voy a hacer puré contra el piso.
-Enroscáte las piernas.
/Martín se enrosca las piernas en la baranda/
-¿Así?
-Claro. A ver, yo voy a saltar, ¿Vos dame la mano sí?
-Oka.
/Nati salta varias veces, no muy alto/
-¡Naah, pero tenés que saltar bien alto Nati!
-¡Ok... pero vos estirate bien eh!
-Oka, dale, saltá.
/Nati vuelve a saltar, más alto. Se nota el esfuerzo que hace. Martín a su vez trata de agacharse lo más posible, estirando el brazo/
-¡Ahí va, dale!
-¡Estás muy alto Martín...!
-Un poquito más...
-¡Ok...!
-¡Dale...!
-¡Ay!
/Nati sigue saltando hasta que para por el cansancio. Martín también, deja de estirarse y se retrae un poco en el balcón/
-...
-No llegamos Nati.
-No...
/Silencio. Nati, sollozando/
-Pero escucháme... ¿Vos estás seguro que no-tenés-lallave?
-Sí...
-¿Y como carajo la perdiste?
-La perdí vos-ya-sabés-como...
-Ah...
/Caen los dos, abatidos. Silencio. Luego de varios minutos/
-Ey... ¿Estás ahí...?
-Ajá... ¿Vos?
-Sí, yo estoy acá en el escaloncito.
-Ah, yo no me moví, estoy acá en el balcón todavía.
-Ah...
/Silencio corto/
-Bueno... no sé que hacemos...
-Ni idea...
-Che Nati, me dió frío... ¿Me voy un rato adentro sí?
-Sí... ¿Levantó fresco no? Andá tranqui...
-Oka... vos... ¿Te vas a quedar ahí?
-Sisí... me quedo acá...
-¿No estás incómoda? ¿Te tiro una almohada...?
-Naaah, está todo bien.
-Ah... Bueno, capaz nos vemos después, entonces...
-Dale, si salís pegame el grito.
-Ok, cualquier cosa te aviso, me voy. Chau.
-Chau, que descanses.
-Gracias.
/Martín entra y desaparece. Nati se acurruca en el escalón, intentando dormirse/
6 comentarios:
7:27 a. m.
Andaba de curioso. Estaba al pedo.
Me gustó la historia.
Algo bizarra, pero copada.
Hasta me rei (?)
12:34 p. m.
Cuando venis a ver mi obra??
3:36 p. m.
Te dije que tenes que hacer teatro!! Me encanta como escribis... me dan ganas de actuar todo!!
6:10 p. m.
Hola Cristian,
Me gustó tu página. Veo que seguís escribiendo a full, y que te animás a cualquier género... Está muy bueno, tenés talento.
Te mando un beso,
Rodrigo
11:35 a. m.
wow... fuera de lo que te comente antes, me gusto mucho el texto. Es gracioso y triste, terriblemente simple y medio complicado a la vez...
Eso si, no vuelvas a usar esos nombres nunca mas >_<
10:28 p. m.
menuda mierda
Publicar un comentario